La discusión generada por la Reforma Tributaria da una posibilidad de debate enorme para el país, lograr un sistema más equitativo y un estado eficiente tiene muchas variables para analizar; la política tributaria juega un papel esencial en la economía, a través de su rol redistributivo y su capacidad de promover la creación de riqueza, más allá de cobrar más, tambien es necesario revisar cómo se distribuyen esos recursos en la sociedad.
Entre los puntos a revisar por el debate de la Reforma Tributaria, considero necesario cuestionarnos como el país redistribuye la riqueza, en el proyecto de reforma se presenta el esquema actual, el cual inicia a través del SISBÉN, un punto clave en ese proceso.
Recordemos por un momento, el concepto del SISBEN de acuerdo con el Departamento Nacional de Planeación, entidad que regula y administra esta herramienta, lo define como: “un sistema de identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales, que permite clasificar a la población de acuerdo con sus condiciones de vida e ingresos”, quiere decir que programas como los ofertados por Prosperidad Social (Colombia Mayor o Jóvenes en Acción) son focalizados a travez de esa herramienta.
El SISBEN nace con los procesos de focalización del gasto social a travez de los CONPES 022 de 1994 y 04 de 1997, hoy se encuentra en su versión IV definida por el CONPES 3877 del 2016, donde se estipuló como necesidad superar la deficiente información acopiada en el SISBEN III y se proyectó un barrido para recolectar información entre 2017 y 2019, meta que no se logró y, por el contrario, el resultado alcanzado presenta errores que afectan a miles de familias.
En la reforma tributaria se define que parte de los recursos serán orientados hacia transferencias monetarias uniformes a los grupos del SISBÉN A y B (Pobreza extrema y pobreza moderada), 12 grupos poblacionales que representan un total de 24,1 millones de personas. Es allí donde es necesario una revision profunda, el SISBÉN IV presenta deficiencias en su proceso de clasificación de la poblacion, hemos evidenciado casos donde la asignación de grupo no corresponde a la realidad, a pesar de que la encuesta tiene un proceso de georreferenciación y es tomada respondiendo a 5 dimensiones (Vivienda, educación, antecedentes sociodemográficos, salud e ingresos) la información es validada en ultimas con registros administrativos por el DNP, lo cual define el grupo de la familia encuestada, en muchos casos desconociendo la realidad del territorio, vendedores ambulantes y recicladores en los grupos C y D, clasificación ajena a la realidad.
Sumado a lo anterior la plataforma web presenta falencias constantes, no tiene enfoque diferencial, es una herramienta que se vuelve una barrera para los ciudadanos y que reduce eficiencia en el servicio; el nuevo gobierno atendiendo la Ley 1176 de 2007, tiene la tarea de lograr un nuevo CONPES social que defina eficientemente los criterios e instrumentos para la determinación, identificación y selección de beneficiarios del gasto social.
Si la Reforma Tributaria le apunta a que mediante transferencias monetarias uniformes se redistribuya la riqueza, es necesario que el nuevo director del DNP el Doctor Jorge Iván González se sume al debate, e impulse la tarea pendiente de mejorar el SISBEN, es prioritario para miles de familias que ven hoy esta herramienta como una barrera de acceso al gasto social.